domingo, 21 de abril de 2013

¿POR QUÉ LA POLÍTICA HA DE ALEJARSE DE POSTURAS DOGMÁTICAS?

En muchos países, y hoy día lo estamos pudiendo ver, el dogmatismo religioso influencia mucho la opinión ideológica y, ergo, política. Cada día observamos cómo líderes mundiales van a iglesias, mezquitas, sinagogas, etc... para dar gracias a un ser transcendental por el éxito político cosechado.

La política, como ciencia social que es, debería estar totalmente apartada de esas posturas dogmáticas que mezclan ritos y pensamientos nada lógicos, racionales o naturales. ¿Cómo puede negar un hombre o una mujer su apetito sexual, sus deseos de comida, el disfrute de esta vida? No podemos negar ciertas cosas que nos son intrínsecas. Somos un manojo de fluidos metidos en una olla a presión a la que desde fuera calientan de diferentes formas, y con distintos objetivos. La política debería interesarse por lo que realmente quiere la especie, en todo su conjunto, con sus "cosas" buenas y malas. Ningún papa, obispo, monje budista o radical islamista debería dictar nunca a un político qué ha de hacer, qué leyes ha de imponer y cuáles derogar. Un político ha de ser capaz de decir basta y de construir un muro infranqueable entre dogmatismo ilógico e inútil, y pragmatismo lógico, natural, racional. Tal vez estas palabras caigan en muchos con desacuerdo.

Tal vez el problema, o uno de los principales, mayor que tiene la política sea que los políticos, tanto de un "bando" como del otro, no han sabido despreciar las órdenes que oían por parte de los dirigentes espirituales del mundo. Si, en realidad, ellos son los que, aún, en muchas partes del globo terráqueo mandan. Y no sólo está el problema de las religiones, sino también de las sectas, pseudosectas y pseudociencias cuyo único acometido es entrar en las instancias públicas e imponer sus reglas sectarias a la sociedad civil. No sólo el problema es del dogmatismo, sino su puesta en práctica en la sociedad, vulnerando en muchas ocasiones algunos derechos naturales; esos derechos que pertenecen al ser humano por simple evolución. Y un claro ejemplo es la ley del aborto en España, que está siendo muy discutida entre los que están a favor, colectivos feministas, asociaciones, partidos de izquierda, y los que están por derogarla, los que están en el poder, Partido Popular (PP), y, por lo visto, la iglesia católica española. Pero, ¿no ven estos señores, solteros por imposición y solitarios por carácter, que una mujer ha de tener todo derecho a decidir sobre su feto o lo van a criar ellos cuando venga al mundo? La respuesta es simple, a la par que rotunda "No". Ellos cuestionan que la vida se ha de proteger desde la concepción, también así deberíamos proteger a un virus, una bacteria o, ¿acaso no tienen vida también y con los antivirales y antibióticos los aniquilamos? El debate está claro, "Quien pare, manda", y no hay nada más que hablar. Pero el meollo no es ése, sino otro que iba buscando...

La ciencia ha de ser un arma lógica, natural, racional  para llevar las riendas de una humanidad, que si no actúa con prontitud y celeridad, puede acabar muy pronto en decadencia. La humanidad, a todos los niveles, necesita de unos o unas líderes que sepan guiar el camino a seguir, alejándose de posturas dogmáticas y acercándose, acariciándose al pragmatismo que ofrece la alternativa única y necesaria de la ciencia, en todo su conjunto.


Espero que os haya gustado la entrada. Y hasta la próxima. Por cierto, anuncio cambios que iré desvelando próximamente. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario